Tengo la suerte de tener los viernes libres de clase, con lo cual mi fin de semana empieza los jueves a las 11:00 de la mañana, tras mi última clase. Aprovechando este magnífico privilegio, L y yo decidimos pasar una tarde de turismo para enseñarle la ciudad a C, que hacía poco que había llegado para vivir su Erasmus. Empezamos por los alrededores de la universidad, acercándonos al Castel Sant'Angelo. La verdad, es que mi Universidad tiene una ubicación privilegiada. Pues, la LUMSA se encuentra a un par de calles de la Piazza San Pietro y a escasos metros del Castel. La verdad es que paseando por la orilla del río Tiber y por la avenida que lleva al Vaticano, se nos han pasado muchas horas muertas entre clase y clase.
Atravesamos el Ponte Umberto I para ir a la Piazza Navona, que como de costumbre estaba llena de gente. Nos habían hablado de que era un buen sitio para comer, pero que para que no nos la clavaran con el precio, nos teníamos que meter por la Via di Santa Maria dell'Anima, que es una calle paralela a la piazza y esta llena de pequeños restaurantes. Nosotras nos decidimos por uno que se llamaba "Da Giovanna" y comimos bastante bien a un precio asequible. Luego, seguimos callejeando para ir al Panteón y a la Fontana di Trevi. El Panteón es un monumento gigantesco que te hace sentir insignificante cuando entras entre sus monumentales columnas. Dentro, recibes estímulos de todo tipo, pues, al ser un edificio de planta redonda y un solo espacio, todo lo tenías a la vista. La cúpula, los detalles dorados, las esculturas, todo reclama tu atención. A 700 metros de distancia, callejeando un poco más, llegamos a la Fontana di Trevi. Una gran fuente que ocupa parte de la fachada de un edificio y que, gracias a las últimas labores de restauración, luce de un blanco impoluto. L, C y yo nos quedamos un buen rato apoyadas en la valla frontal mirándola y escuchando el agua rebotar contra el mármol. Los turistas se agolpaban a nuestro alrededor, pero nos daba bastante igual porque estábamos absortas frente a la majestuosa obra.
Decidimos seguir caminando hasta la Piazza di Spagna, porque queríamos tomarnos un helado en las escaleras. Pero, nos equivocamos de camino y aparecimos arriba del todo de las escaleras, delante de una iglesia que tiene a sus pies la bonita plaza. La verdad es que, en ese momento, nos alegramos de habernos equivocado. Pues, justo se estaba poniendo el sol y vivimos la golden hour desde un enclave privilegiado.
El viernes por la tarde decidimos ir a la Galleria Borghese, situada en el corazón del parque de Villa Borghese. Este museo contiene una colección de esculturas del barroco y una pinacoteca en el piso superior, que no os podéis perder. Pues, dentro podemos encontrar obras emblemáticas de Bernini, Leonardo Da Vinci y Tiziano. Obras que, seguramente, recordarás si estudiaste el bachillerato social con la asignatura de Historia del Arte. Nosotros teníamos a J con nosotros, que nos explicaba muchos detalles y curiosidades. La entrada es bastante barata, si eres estudiante de arquitectura (y lo acreditas) accederás de forma gratuita. Pero, si no estudias arquitectura, no te preocupes, porque si acreditas que eres menor de 25 años, la entrada solo te costará 2€.
Cuando salimos, había caído la noche y caminamos por el parque para ir hacia la Terrazza del Pincio. Un mirador sobre la Piazza del Popolo, que me recordó a uno de mis sitios favoritos en Barcelona. Tengo que volver a este mirador a ver la puesta de sol, porque debe ser precioso.
Ya os seguiré contando cómo va mi Erasmus y recomendando planes y sitios. ¡Arrivederci!
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